¿EXISTE UNA CULTURA PIRENAICA? SOBRE LAS ESPECIFIDADES DEL PIRINEO Y EL PROCESO DE CAMBIO SOCIAL

El artículo que sigue fue presentado por su autora,  Dolors Comas d’Argemir (Antropóloga social y catedrática de la Universitat Rovira i Virgili) en I Simposi de Poblament ais Pirineus, celebrado en Andorra en oc­tubre de 1992. El documento completo está colgado en la página web del Instituto Aragonés de Antropología.

———————————————–

(Los valles Pirenaicos) son el escenario formidable en el que vamos a estudiar la vida y las costumbres de sus mo­radores. De este gran pueblo pirenaico, antiguo, bello y re­sistente, en el que la planta hu­mana parece agarrarse al te­rruño como el musgo a la roca. Pueblo, sin embargo, cu­ya cultura y cuyos rasgos es­tán, por fin, en trance de rá­pida desaparición (Violant y Simorra, 1949).

Han transcurrido más de cuarenta años desde que se publicara el libro de Ramón Violant y Simorra, El Pi­rineo Español. Y sigue siendo una obra rica, sugerente y llena de ideas, de referencia obligada para los es­tudiosos del Pirineo, especialmente para quienes nos interesamos por los aspectos relacionados con el sistema de vida y las formas de cultura. Se trata, por otra parte, de la síntesis etnográfica más ambiciosa y com­pleta que se ha hecho hasta ahora sobre la región. El hilo conductor de esta obra es mostrar la unidad cul­tural del Pirineo, sin dejar de cons­tatar, por otra parte, las peculiarida­des de cada uno de sus valles, la enorme diversidad de sus gentes y de sus costumbres. Una preocupa­ción subyace en todo el texto: la ra­pidez con que parecen destruirse los elementos que dotan de especificidad cultural al Pirineo; la urgencia, por tanto, de recogerlos, inventariarlos y darlos a conocer.

Dos grandes problemas metodo­lógicos se encuentran planteados en la obra de Violant. Uno es cómo con­jugar las nociones de unidad y de diversidad. Dicho de otra forma, ¿qué es lo que permite hablar de cul­tura pirenaica cuando se compone de unos fragmentos (o sub-unidades, si se prefiere) enormemente heterogé­neos y diversos? El otro problema es cómo el cambio social afecta a la cultura pirenaica. ¿Es más genuina la cultura pirenaica descrita por Vio­lant que la que podemos observar hoy en día? ¿Qué rasgos se deben mantener para que podamos seguir hablando de cultura pirenaica? En es­te caso la cuestión es cómo combinar las nociones de estabilidad y de cambio social.

Replantear estos problemas no es algo intrascendente, ni es tampoco un mero ejercicio intelectual. Ra­món Violant y Simorra consideró su trabajo como un ejercicio de sín­tesis, «que sirva de guía a futuros etnógrafos», según sus propias pa­labras. Casi medio siglo después, los estudiosos del Pirineo han hecho crecer considerablemente el volu­men de datos disponibles, a veces al abrigo de esta guía inestimable de Violant, a veces ignorando sus indicaciones, o discrepando de ellas. En cualquier caso, estas contribu­ciones han permitido descubrir nue­vas sendas en el intrincado recorri­do que ha de conducir a un mejor conocimiento de la cultura pirenai­ca. Tal vez es el momento de plan­tearse a dónde conducen estas sen­das y de reencontrar los elementos que han de permitir hacer converger estos trabajos. Reflexionar sobre el concepto de CULTURA PIRENAI­CA puede ser útil para ello.

El objetivo de este artículo es, por tanto, presentar y comentar los ele­mentos constitutivos de la cultura pi­renaica, discutiendo la pertinencia y/o los problemas de considerar los Pirineos como una área cultural. Em­pezaré por presentar una posible de­finición operativa de cultura pirenai­ca. Otros dos apartados irán diri­gidos a problematizar las nociones aparentemente opuestas de uni­dad/diversidad y estabilidad/cambio cuando se aplican al análisis de la cultura. Para seguir leyendo…

Tags: , , , , , , , , ,

No comments yet.

Deja un comentario